The trip avión a Guadalajara fue muy desgastante a la ida y a la vuelta.
Volamos desde Ezeiza hasta Panamá por Copa Airlines durante 7 hora y 15 minutos, me tocó el penúltimo asiento del avión, contra la ventanilla en una fila de tres, allí estaba con la sensación de ser una sardina en el envase.
Llegamos a Panamá a tiempo para caminar y estirar las piernas, fueron 2 horas de espera, antes de volar en otra nave de la misma aerolínea hacia Guadalajara en 4 horas, se necesitaba paciencia para sobrellevar el último tramo del periplo.
Al tocar suelo azteca, les comenté a mis compañeros que era mi primera visita a México
y que la expectativa era grande (como la posibilidad para que River torciera la racha adversa).
Vi el estadio Jalisco en fotos y en alguna imagen televisiva, al verlo in situ la imponencia resaltó en mis ojos; ya nos estábamos preparando para un gran acontecimiento.
Chivas tenía la ventaja de 2-1 lograda en Bs. As., River soñaba con jugar "el partido del año" para lograr la clasificación a semis.
En lo particular era una ocasión muy importante, no es de todos los días viajar tan lejos para relatar un
partido en el lugar de los hechos.
Las empresas periodísticas atraviesan por una crisis económica que suele impedir que los periodistas puedan estar en el lugar de los acontecimientos, algo que siempre debería ser así.
Mis compañeros de tareas fueron: el gran Juan Pablo Varsky, el joven Matías García y hubo un reencuentro con alguien que presenció mi nacimiento en esta profesión: Tití Fernández el gran entretenedor del grupo, lejos, muy lejos, con humor, el ringtone de los tres chiflados y anécdotas imborrables.
Estaba todo listo, todo preparado para la trasmisión internacional de Fox Sports.
River jugó a la altura de lo que pedía el partido, presionó a las Chivas en la salida, con gran criterio y solidaridad de sus partes, se rebeló, y borró su pésimo momento de la actualidad.
Ganaba 2 a 0, con contundencia y aplomo, era impensado una remontada del rival, la pavura estaba en cada rostro de los fanáticos del Rebaño Sagrado...
Pero, llegó el pero para Ríver, en el entretiempo Chivas corrigió su táctica y estrategia inicial, el entrenador Flores realizó dos cambios fundamentales, los ingresos de Alberto Medina y de Fabián de la Mora fueron redituables para lograr la paridad.
River no mereció este final, pero es lo que ocurrió, se reiteró la pesadilla de Mayo ante San Lorenzo en el Monumental. Varsky lo enfatizó: ¡9 jugadores se repitieron de aquella noche! ¡Faltaron Carrizo y Tuzzio a esta cita! Simeone, además, repitió un cambio Rosales por Augusto Fernández y los goles de Chivas llegaron entre 5 minutos fatales, del 14 al 19 de la parte final, cualquier semejanza con aquella noche, ¿es pura coincidencia?
Posterior a la eliminación Simeone fue ratificado por la cúpula directríz de River en una reunió casi interminable (como el viaje), al día siguiente, Simeone se arrepintió y decidió renunciar, generando la bronca y tristeza del presidente Aguilar que dijo luego en el aeropuerto de Guadalajara:"Me quiero matar, pero no tengo el ánimo para hacerlo".
River
sumó una nueva frustación, y ya son varias, es una alarma que no deja de sonar, pero parece no escuchan los encargados de modificar los desaciertos reiterados.
El regreso fue nuevamente incómodo, Guadalajara-Panamá-Ezeiza, pero nada borrará mi alegría por haber cumplido con mi tarea y haber vuelto a llenar un poco más esa bolsa que uno lleva por la vida que le llaman, experiencia.